El Domingo de Pascua es el más grande de todos los domingos. Es una celebración llena de alegría por la Resurrección del Señor, con el canto del Gloria y los aleluyas, la renovación de las promesas bautismales y la aspersión con el agua pascual. Después de compartir la Eucaristía, el pueblo de Dios sale fortalecido en la fe para servir al Señor y a los demás.
El tiempo de Pascua es el más importante de todos los tiempos litúrgicos, que los católicos celebran como la resurrección del Señor de entre los muertos, culminando con Su Ascensión al Padre y el envío del Espíritu Santo sobre la Iglesia en Pentecostés.
La Pascua se caracteriza, sobre todo, por la alegría de la vida glorificada y la victoria sobre la muerte, expresada de manera plena en el gran grito del cristiano: ¡Aleluya! Toda la fe brota de la fe en la resurrección: “Si Cristo no ha resucitado, vana es entonces nuestra predicación, y vana también la fe de ustedes” (1 Cor 15,14).
A todos los que viven en el área de Charlotte: están invitados a unirse al Obispo Michael Martin, OFM Conv., para la Misa del Domingo de Pascua en dos lugares este año: