Planificación Familiar Natural
La Planificación Familiar Natural (PFN) es el título general de los métodos científicos, naturales y morales de planificación familiar que pueden ayudar a las parejas casadas a lograr o evitar el embarazo. Profesionales capacitados ofrecen instrucción integral sobre planificación familiar natural, tanto en inglés como en español, así como apoyo continuo.
Clases de PFN
La Oficina de Vida Familiar de la Diócesis de Charlotte ofrece instrucción integral sobre planificación familiar natural en línea, tanto en inglés como en español. Se brinda apoyo continuo para el seguimiento, cuando se busca optimizar la fertilidad y prepararse para el embarazo, cuando existe una necesidad justa de evitar el embarazo y durante transiciones como el posparto o la perimenopausia.
Los cursos adicionales que exploran la alfabetización corporal y la conciencia del ciclo menstrual están disponibles para niñas con sus padres y para mujeres jóvenes que se esfuerzan por optimizar su salud y bienestar.
Profesionales de la salud amigables con la PFN están disponibles para consulta cuando las mujeres experimentan problemas del ciclo menstrual y/o problemas de fertilidad.
NOTA: Los cursos presenciales se programan en función de la demanda. Los cursos en línea están disponibles a pedido.
Preguntas Frecuentes sobre la PFN
La Planificación Familiar Natural (PFN o NFP por sus siglas en inglés) es una serie de métodos para posponer un embarazo o para lograrlo, basándose, por una parte, en la observación de la fertilidad de la mujer, y, por otra, en la adecuación de la actividad sexual de los esposos a dicha fertilidad. Ayuda a vivir la paternidad de modo responsable, tanto para concebir como para espaciar o limitar los embarazos.
Los métodos modernos de la PFN se basan en el conocimiento científico de la fertilidad y en la decisión de la pareja de donarse en una relación sexual con la posibilidad o no de embarazarse respetando las leyes naturales de fertilidad e infertilidad. Algunos métodos modernos son: el Método de Ovulación Billings, Liga de Pareja a Pareja, el sistema FertilityCare del Modelo Creighton (CrMS), Familia de las Américas y el Método Marquette. Lo que los asemeja es que todos parten de dos hechos científicamente constatables: 1º. Que el hombre es fértil todos los días de su vida mientras que la mujer en cambio lo es sólo algunos días del mes. 2º. Que la fertilidad femenina tiene signos que la pareja puede aprender a reconocer para que absteniéndose de relaciones sexuales en dichos días pueda evitar un embarazo o, por el contrario, planear responsablemente la gestación de una nueva vida.
Los cursos, libros y talleres que informan y enseñan sobre la PFN están orientados a que la pareja, juntos, aprendan a reconocer y llevar nota de los signos fisiológicos de la fertilidad femenina (aumento en el flujo y viscosidad del moco cervical, aumento de la temperatura basal de la mujer, pequeña punzada en el bajo vientre, etc.), para que puedan regular su actividad sexual de acuerdo a los signos que la naturaleza misma les ofrece. Este aprendizaje es muy sencillo y su práctica toma tan solo un par de minutos diarios y tiende a volverse una rutina, como un hábito más de la higiene personal. De todos modos, solo personas capacitadas y autorizadas por la Iglesia deben de dar esta instrucción, como aquellas delegadas por las distintas oficinas para la vida familiar, en todas las diócesis del país.
La PFN no tiene ningún riesgo para la salud de las personas y es muy eficaz, si se aplica con verdadera motivación y consistencia, por parte de la pareja. La PFN no requiere medicinas, ni artilugios, ni cirugía.
A nivel de la vida de la pareja sus beneficios son enormes: La esposa se preserva a sí misma de químicos o aparatos intrusos y permanece con su ciclo natural. El esposo comparte la planificación y responsabilidad para PFN. Ambos aprenden un grado más alto de auto-dominio y un respeto más profundo del uno para el otro, que redunda en mejor intimidad y goce para la pareja. Y por último, la pareja se hace más consciente de su extraordinaria y generosa contribución y responsabilidad como co-creadores con Dios de nuevas criaturas.
Es cierto que PFN involucra sacrificios y abstinencia sexual periódica y puede, a veces, ser un camino difícil, tanto como cualquier vida cristiana seria, ya sea ordenada, consagrada, soltera o casada.
La Iglesia Católica nos enseña que el don de la fertilidad es una bendición para la pareja pero también una grave responsabilidad por cuanto implica acoger con amor, criar con responsabilidad y educar a una nueva criatura. Por eso la Iglesia, en el Documento Humane Vitae (#10) nos recuerda que, “el ejercicio responsable de la paternidad exige que los cónyuges reconozcan plenamente sus propios deberes para con Dios, para consigo mismos, para con la familia y la sociedad, en una justa jerarquía de valores”.
Los anticonceptivos separan de forma arbitraria y hasta agresiva, el acto conyugal de su natural apertura a la vida, destruyendo u obstruyendo la fertilidad, y con ella el poder creador de Dios que le es encomendado a su responsable arbitrio. Los métodos naturales, en cambio, no interfieren deliberadamente con la apertura a la vida de la unión conyugal, sino que la ajustan al ritmo de la fertilidad, absteniéndose de relaciones sexuales cuando desean espaciar los nacimientos de los hijos, o planeándolas, cuando deciden acoger responsablemente el don de una nueva vida.
Por anticonceptivos se entienden, el aborto y todo tipo de método que le destruya al acto conyugal su capacidad procreadora. Esto incluye todo uso antinatural del acto conyugal (como coitus interruptus o coito interrumpido) y la utilización de todo tipo de anticonceptivos, ya sean de barrera (como los preservativos, etc.), o los químicos (como las píldoras anticonceptivas, los inyectables, y los implantes) y los mecánicos (como los dispositivos intrauterinos). Los métodos químicos y mecánicos mencionados son abortivos y eso hace que su uso sea más grave todavía.
— La Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos y PorTuMatrimonio.org